martes, 20 de noviembre de 2012

Evolución



La primera vez que vinieron, solo éramos simios en espera de evolucionar. ¿En qué? No lo sabían, por eso decidieron no intervenir. Pero luego, miles de años después, al ver en lo que nos habíamos transformado, eligieron ayudarnos. Lo primero que hicieron fue mostrarnos como se dibujan los sonidos; nos ensañaron a pintar las palabras. Y se fueron.
Volvieron unos milenios después y lo que encontraron les pareció satisfactorio. Vieron como nos organizamos en reinos y construimos una precaria economía centrada en la industria bélica y agraria. Como consecuencia, la población creció y migró a las ciudades; era el augurio de la revolución industrial. Si el desarrollo social y tecnológico seguía a ese ritmo, nosotros seríamos como ellos en mil años más. Por eso volvieron novecientos años después.

martes, 16 de octubre de 2012

De Mozo


        A ver, vayamos por parte, dijo el descuartizador. Lo primero es decir que en realidad no soy mozo, sino un escritor advenedizo que va por la vida afirmando que es mozo. Y las razones de dicha patraña son las que originan este relato.

Las circunstancias por las que me inicié en el oficio de garzón son dos: la primera, y quizá la más importante, una total ausencia de talento para escribir cualquier porquería, incluso mi nombre. Y la segunda, urgencia vital por el dinero.
            Todo empezó hace varios años, cuando un amigo me ofreció pega de garzón en un bar ubicado en Pío Nono, en pleno Barrio Bellavista. Yo llevaba un año cesante y dormía donde cayera. Esta afirmación es literal, porque en esos días andaba tan borrado que pasaba la noche en cualquier lugar, incluidas plazas, casas abandonadas, paraderos de buses, burdeles y en muchas ocasiones, en una confortable comisaría. Muchos pensaran que pernoctar en una celda hedionda es un total y absoluto desagrado, pero les aseguro que no es así, lo malo no es dormir, sino despertar.
Fue en estas circunstancias de mi vida cuando me ofrecieron el trabajo de mozo y después de pensar los pros y contras, decidí aceptarlo.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El mismo cuento de siempre

cien palabras y diez años

¿Qué hago? Escribo un cuento. El cuento de un hombre que escribe un cuento.
¿Y cómo es el hombre? ¿Alto y flaco? No lo sé, porque el hombre no importa. El cuento es el protagonista. Es el cuento de cualquier ciudadano que escribe un cuento.
Pero no es un cuento cualquiera. Es un cuento breve. Brevísimo. De apenas 100 palabras.
¡Eso es! Es el cuento de alguien que escribe un cuento de cien palabras.
¿Ya conoces ese cuento? ¡Hace diez años que escuchas el mismo cuento!

¡Cresta! Entonces escribo otra cosa. La historia de un hombre. Un hombre alto y flaco.

martes, 15 de mayo de 2012

Dos caras de la misma moneda


Este 2011, la protesta del 15-O para exigir un nuevo sistema político y económico, se ha dejado sentir en decenas de plazas españolas. En Madrid se reunieron más de cincuenta mil personas en la Puerta del Sol y se mantuvieron ahí hasta altas horas de la noche.

Don Manuel, con sus sesenta y siete años a cuestas, sale de su casa a las cinco treinta de la madrugada, al igual que los últimos veintinueve años. Y como siempre, llega a su trabajo antes de las siete.

lunes, 30 de abril de 2012

1º de Mayo



Muchos acontecimientos, celebraciones, nacimientos y fallecimientos ocurren, ocurrieron y ocurrirán en un día primero de mayo, tantos que sería imposible enumerar. Sin embargo, hay un evento que superó los siglos y trasformó al día 151 del calendario georgiano en el día del trabajo.
En 1886, en Chicago crecía el descontento popular por las condiciones laborales impuestas a trabajadores y obreros. La razón principal eran las extensas jornadas. Sindicatos y agrupaciones gremiales operaron coordinadamente por una causa común, una simple petición: una jornada laboral de ocho horas. Y fue el primero de mayo de 1886 que la huelga orquestada para conseguir ese simple derecho, terminó en un ataque incendiario contra la policía, del cual 8 anarquistas fueron acusados, procesados y declarados culpables en un juicio tendencioso e injusto.

martes, 21 de febrero de 2012

Relámpago


Apenas recuerdo cuando tenía 17,
cuando el mundo estaba a mis pies
y la vida me sonreía engreída, invitándome a recorrerla.
Ahora tengo 27.
Apenas ha pasado un relámpago entre mis recuerdos y mi hoy,
sin embargo, lo fugaz del instante basta...
basta para abofetearme y patearme,
humillarme y cagarme.
Basta para hartarme de esta vida
que de vida tiene tanto como una década de relámpago.
Hablo de matáforas vacías, vidas huecas, existencias falsas.
Hablo de mi vida. Hablo de mi propia mierda.

Lo único que me consuela
es que sólo me restan un par de relámpagos más.
Luego nada.
Nada...

martes, 24 de enero de 2012

Tic tac


-          ¡¿Dónde estoy?! – pregunto sorprendido al hombre de barba blanca.
-          ¿Dónde crees que estás? – me pregunta él de inmediato.
-          No lo sé. No lo recuerdo.
-          Entonces cuéntame lo que recuerdas.

            En el año mil novecientos diez [1910], Hans Roleix Wilsdorf era reconocido como el mejor relojero en toda Suiza. Los señores principales de los diferentes cantones lo contactaban con frecuencia para solicitar sus servicios. Nobles y aristócratas de todo el mundo lo llamaban para comprar sus obras. Su reputación era tan grande como la belleza y perfección de sus relojes.