martes, 24 de enero de 2012

Tic tac


-          ¡¿Dónde estoy?! – pregunto sorprendido al hombre de barba blanca.
-          ¿Dónde crees que estás? – me pregunta él de inmediato.
-          No lo sé. No lo recuerdo.
-          Entonces cuéntame lo que recuerdas.

            En el año mil novecientos diez [1910], Hans Roleix Wilsdorf era reconocido como el mejor relojero en toda Suiza. Los señores principales de los diferentes cantones lo contactaban con frecuencia para solicitar sus servicios. Nobles y aristócratas de todo el mundo lo llamaban para comprar sus obras. Su reputación era tan grande como la belleza y perfección de sus relojes.